La actitud es una energía generada en nuestra mente y que se proyecta al exterior determinando la posición que uno adopta frente así mismo.
Es importante porque debemos aprender a disciplinar nuestra actitud, la cual es primordial en la imagen que ofrezcamos de nosotros mismos y que las aptitudes se construyen sobre los cimientos de las actitudes.
Con la actitud podremos encarar los problemas y circunstancias que se nos presentan.
El rol que cumple la actitud en la empresa debe ser positiva ya que es sinónimo de progreso, nos enseña a aprender de los errores y de los fracasos, también transmiten vitalidad optimismo y seguridad, atracción, nos conduce hacia el éxito tanto personal como laboral, ya que en cualquier actividad la actitud positiva potencia nuestras habilidades, por la cual también dependerán los resultados y las consecuencias.
La sensación del éxito, provoca una estabilización en el comportamiento y hará que se repita el comportamiento deseable.
El reconocimiento de las actitudes resulta más efectivo como medio de motivación.
Por el contrario obtendremos más resultados con la mejora de la comunicación en el clima en su equipo de trabajo, aprobando o reconociendo con más frecuencia la actuación adecuada que criticando la incorrecta.
De nuestra actitud dependerá en gran parte la de nuestros colaboradores o la de nuestro equipo de trabajo, y de ello dependerán por ende, los resultados , por lo que vale la pena decidir que quiero para mí y para mi empresa.
La actitud positiva es fundamental para el mercadeo que quiere mantener su liderazgo. Muchas empresas no tienen éxito y no prosperan porque sus empleados no se apasionan con sus trabajos y por ello los clientes prefieren estar en empresas apasionadas.
Optando una actitud positiva nos ayudará a extraer provecho de las observaciones que se nos hacen, ya que esto nos ayuda a conocer en que estamos fallando y mejoran así nuestro desempeño futuro.
Pensemos por un momento en una empresa que se encuentra al borde de la quiebra, los planes de mercadeo no generan los resultados deseados, el personal está desmotivado y los gerentes han perdido el rumbo. En estos momentos es cuando todo depende de la actitud que tenga el personal que dirige y trabaja en la empresa para salir adelante, sobrevivir y crecer.
Entonces, podríamos afirmar que la actitud positiva es fundamental para el mercado que quiere mantener su liderazgo. En muchos casos, las empresas se destruyen no por una amenaza externa, sino por una actitud negativa de su personal. Muchas empresas no tienen éxito y no prosperan porque sus empleados no se apasionan con su trabajo y definitivamente los clientes prefieren estar en empresas apasionadas.
El tener una actitud optimista, amable y emprendedora, será de gran ayuda para el logro de los objetivos empresariales. Es imprescindible siempre dar lo mejor de nosotros y notaremos lo bien que nos sentimos en nuestro sitio de trabajo y todos los logros que habremos alcanzado.
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